Según un relevamiento realizado por ONG’s especializadas en medio ambiente, más del 60 por ciento de los nuevos árboles plantados por el Gobierno porteño en el Parque 3 de Febrero y en Costanera Sur murieron por falta de cuidado.
Más del 60 por ciento de los nuevos árboles plantados por el Gobierno de la Ciudad en el Parque 3 de Febrero y en Costanera Sur murieron por falta de cuidado, según un relevamiento realizado por ONG’s especializadas. De los 1070 árboles plantados durante los años 2020 y 2021 en esas zonas, ya murieron 687, lo que se suma a la crítica situación del nuevo arbolado del Paseo del Bajo: el año pasado las organizaciones ya habían denunciado que casi el 70 por ciento de los árboles plantados allí murieron en el lapso de 15 meses.
A principios de 2020, meses después de la inauguración del Paseo del Bajo, las organizaciones Basta de Mutilar Nuestros Árboles y Casco Histórico Protege se propusieron realizar el primer relevamiento arbóreo sobre las plantaciones realizadas por el Gobierno porteño en los canteros centrales del paseo. Analizaron uno por uno a los álamos y robles plantados y concluyeron que un tercio de las 502 nuevas plantaciones habían muerto en menos de un año. El trabajo se repitió a principios de 2021 y el resultado fue aún más alarmante: “347 se secaron por falta de mantenimiento. El 69 por ciento de los árboles plantados murieron en un período de quince meses”, denunciaban entonces.
“Con la experiencia del Paseo del Bajo nos dispusimos primero a hacer el relevamiento en Costanera Sur. A simple vista ya se veía que lo que se había plantado el año pasado se iba muriendo“, contaron a Página 12 integrantes de las organizaciones. En julio de 2021, en el marco del “Plan de Acción Climática”, el Gobierno de la Ciudad realizó una plantación masiva de álamos en la zona de Puerto Madero aledaña a la Reserva Ecológica en Costanera Sur. Para recomponer la alameda de ese sector se plantaron 815 árboles en el tramo de 1,3 kilómetros comprendido por las avenidas Hernán Giralt y De los Italianos, entre Macacha Güemes y Cecilia Grierson.
A seis meses de esa plantación, el relevamiento de las organizaciones arrojó que ya se secaron 559 árboles. “El 68,6 por ciento de los árboles plantados murieron. Es un resultado inaceptable”, sostuvieron. “Están secos. Estimamos que básicamente es por la falta de riego, los álamos necesitan mucha agua y esa es una zona con mucha incidencia del sol. Por eso los árboles que están cerca de los álamos grandes en general están bien porque tienen esa sombra”, precisaron.
En medio de la reciente ola de calor en la que Buenos Aires registró temperaturas que superaron los 40 grados centígrados, las organizaciones realizaron un ejercicio para graficar las consecuencias del deterioro del arbolado: midieron la temperatura del pasto en una misma zona de Costanera Sur, bajo la sombra y fuera de ella. Los resultados de la comparación dieron que donde había sombra el termómetro marcó 32 grados, donde el sol daba de lleno marcó 51.
“En el caso de 3 de Febrero los árboles se plantaron en 2020. Durante la pandemia aparecieron muchos de golpe”, indicaron las organizaciones sobre el otro relevamiento realizado en la zona del Parque 3 de Febrero y en el Paseo de las Américas. Allí el Gobierno porteño plantó 255 nuevos árboles y murieron 128, el 50,2 por ciento. “Luego de un año y medio el resultado de esa plantación es lamentable”, agregaron. En total, de los 1070 nuevos árboles contados entre los dos relevamientos murieron 687, el 64,2 por ciento.
“En 3 de Febrero y el Paseo de las Américas plantaron árboles grandes, de diez, doce centímetros de tronco. Parecen criados en vivero pero tenían todas las ramas superiores ‘mochadas’, sin hojas. Hay ejemplares que están relativamente bien plantados y hay otros que están muy mal plantados”, señalaron y subrayaron que “lograr un árbol apto para ser plantado lleva mucho tiempo, energía y dedicación. Ejemplares como los plantados pueden llevar aproximadamente cinco años de cuidados en viveros”.
Además, en ese sector también se trasplantaron ejemplares añosos retirados por obras de distintos puntos de la Ciudad, como las que se están realizando en Costanera Norte, frente al Aeroparque. “En general son ceibos, tipas o palos borrachos”, explican las organizaciones. Aunque decidieron no incluir esos árboles en el relevamiento, ya que precisan más tiempo para evaluar los resultados, sí advierten sobre experiencias similares: “De las tipas que se sacaron de Casa Rosada, que son centenarias, una se trasplantó frente a la Facultad de Ingeniería y murió. Con el trasplante el árbol sufre demasiado, el primer año brota pero después empieza a sufrir”.
Otra de las preocupaciones es el avance de la plaga del insecto Glycaspis brimblecombei sobre los eucaliptos del Parque 3 de Febrero, plaga que succiona la savia de las hojas. Según advierten, “gran parte de los eucaliptos están en estado crítico” por esa plaga, una de las más importantes a nivel mundial. “Durante el relevamiento comprobamos que se talaron 20 eucaliptos que estaban muertos“, concluyeron.