El Jardín Botánico Carlos Thays de Palermo obtuvo un importante reconocimiento internacional por su trabajo en la conservación de la biodiversidad y actividad educativa.
El Jardín Botánico Carlos Thays de la Ciudad de Buenos Aires obtuvo la acreditación como Arboretum Nivel III, por la calidad de sus colecciones, la actividad educativa, las medidas de conservación de las especies vegetales y la profesionalidad de sus equipos técnicos. De esta manera se ubica entre los jardines botánicos públicos más reconocidos del mundo.
El reconocimiento fue entregado por el Sistema ArbNet, un programa internacional de acreditación y creación de redes de arboreta, que está respaldado y coordinado a través del Arboretum Morton, ubicado en la ciudad estadounidense de Illinois, en sociedad con la Asociación de Jardines Públicos de Estados Unidos de América y la organización de Conservación de Jardines Botánicos Internacional (BGCI). El Sistema ArbNet sólo evalúa y categoriza a aquellas instituciones que alcanzan los más altos estándares profesionales en la plantación y la conservación de árboles.
El Jardín Botánico porteño, que depende de la Secretaría de Ambiente de la Ciudad de Buenos Aires, es un espacio verde con más de 7 hectáreas ubicado en el barrio de Palermo y tiene entre sus misiones y funciones la conservación de biodiversidad y la educación ambiental en todos los niveles escolares, terciario y universitario. A esos fines, conserva una importante colección viva de ejemplares arbóreos con aproximadamente 5 hectáreas destinadas a la flora argentina y unas 2 hectáreas con especies de los bosques templados de los cinco continentes.
“Esta es una distinción al arduo trabajo de un gran equipo que tiene como fin la preservación y protección de nuestro entorno natural. El Jardín Botánico es un espacio que contribuye a la investigación y a la educación y que permite a los habitantes de nuestra Ciudad disfrutar, relacionarse y fortalecer su compromiso con el medio ambiente”, afirmó Inés Gorbea, secretaria de Ambiente porteña.
Este año, además, el Jardín Botánico fue seleccionado como el primer refugio climático de la Ciudad de Buenos Aires debido a que, tanto en su interior como en sus veredas, tiene en promedio 4.8 ºC menos que las temperaturas registradas en sus alrededores.
“Recibimos un legado de quienes tuvieron una visión de la Ciudad basada sobre el bienestar de los vecinos a través de espacios públicos amplios y arbolados. En el caso del Jardín Botánico, su característica de plantación densa de fines del siglo XIX deja hoy en nuestras manos un pequeño reducto de bosque que, en términos de conservación, se denomina arboretum, una colección científica de árboles perfectamente catalogados y conservados cuyo destino principal es la investigación científica y la educación”, aseguró la directora del Jardín Botánico, Graciela Barreiro.
En 1996, el Jardín Botánico fue declarado Monumento Nacional por su carácter cultural y natural. Sus equipos de trabajo desarrollan tareas de capacitación docente, de investigación aplicada en flora, de gestión ambiental y de conservación de la biodiversidad. Entre los ejemplares vegetales que conforman sus colecciones vivas hay algunos que son únicos en la Ciudad y, en ciertos casos, únicos en el país.