Piden limitar la construcción de más edificios altos. Se sumaron a otros barrios que desean mantener una arquitectura de casas bajas y una calidad de vida con tranquilidad en las calles y aire más puro.
El rechazo al nuevo Código Urbanístico (CUR) de la Ciudad de Buenos Aires se sigue expandiendo por los barrios. Los vecinos de Villa del Parque también presentaron un proyecto de ley para limitar las alturas y capacidades constructivas que habilitó el CUR para los nuevos edificios: se sumaron así a una lista que ya incluye a los barrios de Palermo, Chacarita, Núñez, Belgrano y Villa Ortúzar. Según advierten, tras la aprobación del nuevo Código, en el barrio hay actualmente más de 100 obras en marcha y más de 350 inmuebles en venta, informa Página 12.
“El presente proyecto surge a causa de los múltiples reclamos de vecinos y vecinas de la Comuna 11, que organizados y representados por la agrupación Conciencia Urbana, solicitamos readecuar, en sectores representativos de nuestros barrios, diversos aspectos de la normativa urbanística vigente que constituyen un riesgo tanto para sus características identitarias como para la calidad de vida de todos los habitantes”. Así comienzan los vecinos de Villa del Parque sus fundamentos del proyecto de ley presentado en la Legislatura porteña.
La iniciativa vecinal apunta a “restringir y ajustar determinados criterios normativos del CUR” en cuatro polígonos dentro del barrio, que según advierten, “concentran hoy un alto nivel de preocupación y demanda ciudadana”. La primera de esas zonas está entre las avenidas Beiró, San Martín, Nazca, Nogoyá y la calle Joaquín. V. González; la segunda, entre las calles Sanabria, Baigorria, Joaquín. V. González, Nogoyá y las avenidas Nazca y Jonte; la tercera, entre Nazca, Nogoyá y San Martín; y el cuarto polígono queda entre Nazca, Nogoya, San Martín y Jonte.
En esas zonas, plantean los vecinos, se observa una contradicción entre las edificaciones habilitadas por el viejo Código de Planeamiento Urbano (CPU) y el nuevo CUR aprobado en 2018. La principal crítica al nuevo CUR radica en la ampliación de capacidades constructivas y alturas permitidas, lo que incrementa los valores de los terrenos y el interés inmobiliario sobre la zona. El CPU permitía edificaciones de, cuanto mucho, unos 18 metros de altura, mientras que el CUR elevó las alturas a lo que establece como Unidad de Sustentabilidad de Altura Alta y Unidad de Sustentabilidad de Altura Media, según la zona.
Los vecinos escribieron en los fundamentos del proyecto que el cambio de normativa incentivó “la transformación de sectores residenciales de escala baja y corredores barriales de insuficiente capacidad ambiental, con nuevos parámetros normativos que incrementan exponencialmente la capacidad constructiva, duplican la altura edilicia, disminuyen el suelo absorbente y alteran los usos y actividades existentes”.
El proyecto vecinal plantea “restringir la altura de los corredores Cuenca, Nogoyá, Jonte, Sanabria, y el frente de la Plaza Aristóbulo del Valle” a una altura máxima de entre 11,6 a 14,6 metros, y “consolidar grandes áreas residenciales de baja escala entre corredores comerciales” con una altura máxima de 9 metros. Sólo para los “corredores principales” de las avenidas Beiró, San Martín y Nazca se dejaría una altura máxima de entre 22,8 y 29.8 metros.
Conciencia Urbana también realizó un relevamiento para determinar en números el avance inmobiliario producido por la nueva normativa. Ya en octubre del año pasado desde la organización alertaban sobre la situación que, en un primer relevamiento realizado sólo en las calles céntricas del barrio, arrojaba más de veinte demoliciones de casas que serían reemplazadas por nuevos edificios. Ahora los vecinos ampliaron el alcance del relevamiento a todo el barrio y detectaron que hay 118 obras en construcción. Desde la organización aseguraron que también hay 381 propiedades en venta.
Villa del Parque se suma así a la lista de barrios que ya presentaron proyectos en la Legislatura para modificar la normativa del nuevo CUR. Hasta el momento hubo sólo dos casos exitosos, ya que el año pasado la Legislatura aprobó leyes que retrotrajeron los parámetros constructivos a lo establecido en el viejo CPU en las zonas de Lomas de Núñez y parte del Bajo Belgrano. Barrios como Villa Ortúzar, Palermo y Chacarita también presentaron proyectos similares, pero aún no tuvieron el aval del oficialismo para avanzar en el recinto. En los últimos meses, en Boedo, Almagro y Balvanera también empezaron a organizarse para rechazar el impacto del CUR.
El barrio de Villa del Parque sufre también las consecuencias de la falta de protección patrimonial de varias viviendas ante el incumplimiento de la Ley 3056. Por esa ley, aprobada en 2009, se creó el procedimiento de Promoción Especial de Protección Patrimonial y se estableció la protección para los inmuebles catalogados “cuyos planos hayan sido registrados antes del 31 de diciembre de 1941”. A través de un relevamiento realizado por la Facultad de Arquitectura y Urbanismo de la UBA, el Consejo Asesor de Asuntos Patrimoniales seleccionó 18.500 inmuebles de un universo de 141 mil anteriores a 1942.
Sin embargo, la protección de esos inmuebles debe ser aprobada por la Legislatura, algo que hasta el momento no se cumple, razón por la que hace dos meses la Justicia ordenó al GCBA que complete el catálogo definitivo de inmuebles a proteger. En el proyecto de Conciencia Urbana, en tanto, propone “aumentar la catalogación de inmuebles” patrimoniales dentro de Villa del Parque, “preservando la identidad barrial en base a la memoria colectiva de sus habitantes”.