En el barrio de Belgrano nació este espacio cultural dedicado a vinos y libros en el que confluyen una buena selección de textos de literatura argentina, un nutrido sector infantil y novedades además de una carta de vinos.
Ni la crisis del papel que limita las reediciones y eleva el precio de los libros, ni la “comodidad” de una carrera consolidada en una gran editorial, ni las inclemencias de los ciclos económicos lograron desanimarlas. La idea nació hace tres años durante una de esas caminatas pandémicas que permitían estirar el cuerpo y acomodar las ideas en la primera etapa de la cuarentena.
Fue así como Paulina le dijo a su amiga Paola que iba a abrir una librería y que quería que fuera su socia. “No. Estás loca”, le respondió. Al otro día, la llamó para retractarse e hizo su primer aporte a la sociedad, inspirada en algo que veía mucho durante su rol de anfitriona en las reuniones que organizaba en su casa: el diálogo que entablan los libros y los vinos y cómo, juntos, generan un ámbito propicio para el encuentro.
“En mi casa, cenábamos y después charlábamos sobre una etiqueta, alguien se llevaba un libro y nos pedían una recomendación. Ahí empecé a escuchar por primera vez que se generaba una dinámica especial entre estos dos placeres”, recuerda a Télam Lucantis y destaca los “acuerdos silenciosos” entre ambos mundos. “Las búsquedas estéticas de los enólogos son tan apasionantes como las que emprenden los escritores. Trabajan su técnica con mucho corazón, creatividad y pasión. Piensan en alguien que va a leer o tomar y que va a juzgar su creación”. Cossi agrega que una parte de ese recorrido es solitario, personal y esconde el deseo de decir algo a través de una obra.
Así empezó a tomar forma “Te llamaré viernes”, un espacio cultural dedicado a vinos y libros en el que confluyen una muy buena selección de textos de literatura argentina, un sector infantil muy nutrido y también novedades.
Lucantis y Cossi, en el doble rol de amigas y socias, tuvieron una experiencia previa con una pequeña librería estacional que funcionó durante el verano en el Viejo Hotel Ostende que les permitió entender qué querían los lectores y pensar estrategias para recomendar y acompañar las trayectorias lectoras. Encontrar el lugar para instalar el espacio les llevó varios meses de búsqueda por la Ciudad hasta que finalmente encontraron un local donde todavía no había una buena librería, la calle La Pampa entre Montañeses y Avenida del Libertador (La Pampa 1569), cerca del corredor gastronómico del Bajo Belgrano y del pasaje ViaViva.
“Te llamaré Viernes” debe su nombre al título de la novela de la escritora española Almudena Grandes – una autora a la que supieron acompañar ambas durante décadas – en la que homenajea a Daniel Defoe, autor de las aventuras de Robinson Crusoe, y encuentra a su “Viernes” en la compleja historia de amor que cuenta en el libro.
Ambas amigas se conocieron en la editorial Planeta que dejaron para seguir su sueño, “En mi caso, pesó mucho la búsqueda del espacio propio y de tener la libertad de seguir el deseo personal”, apunta Cossi a Télam. Lucantis advierte que ambas trabajaron en empresas grandes y también de forma independiente y explica que por cuestiones personales proyectos como la librería a veces se demoran. “Pero ahora tenemos la experiencia y la energía para hacer esta búsqueda”, dice Lucantis, quien aclara que la cuestión de la presencialidad obligatoria también la ayudó a tomar una decisión macerada durante la pandemia.
“Para el trabajo de un editor, la rutina de oficina es poco productiva. Hay mucho tiempo mal usado que te aleja de la literatura y, además, de tu espacio personal. Me interesa priorizar lo que me genera bienestar aunque tengamos que aprender muchísimas cosas en el camino”. Cossi, con el mismo espíritu que la llevó aquel día a proponerle el proyecto, suma una idea: “En algún momento de la vida, uno tiene que decidir priorizar aquello que le da placer hacer”.
Sobre el nuevo rol de libreras ya tienen una intuición sobre el papel que adoptarán. “Si alguien necesita una guía sobre un autor o un género que tenemos leídos, ofrecemos alternativas para acompañar”, propone Cossi. Lucantis agrega que el “acercamiento profesional” a la literatura suma un ingrediente: “Más allá de que tenemos décadas en el mundo del libro y de que trabajamos en distintas áreas, nos acercamos como lectoras y no como críticas. Nuestra formación en comunicación nos ayuda mucho a entablar una conexión con la gente donde desistimos de la valoración para entender qué tipo de lectores son y acompañarlos”.
Con botellas que van de los $3000 en adelante, el sector de la vinoteca también tiene un trabajo fuerte de curaduría. “Elegimos las etiquetas que nos gustan, con un rango de precios que acompañara a los libros, libros que tuvieran una historia o un enólogo detrás con cierta búsqueda”, cuenta Lucantis sobre el catálogo de botellas que, intercalados con libros sobre bodegas y la vid, esperan a los visitantes en la entrada del local.
Después de una inauguración rutilante a la que asistieron muchos de los escritores a los que acompañaron durante años en la editorial, los primeros quince días del nuevo rol que asumieron fueron promisorios. “Entre vecinos y oficinistas, lectores jóvenes pero también más grandes, fuimos entablando diálogos. Muchos llegaron con un pedido específico y encontramos que la propuesta infantil también es muy convocante”, cuenta Lucantis y se ilusiona con “crecer en el camino” con más editoriales y con ejemplares que están faltos de stock.
En los próximos meses, sumarán talleres, charlas y degustaciones en un espacio contiguo. “Nos conectamos desde hace años desde lo humano con los escritores y la literatura y nos interesa que esa impronta nos acompañe en esta nueva etapa”, sostiene Lucantis sobre cómo seguirá creciendo “Te llamaré viernes”.