Es un año diferente para recordar la guerra de Malvinas. Incluso, muchos hablan de que se esta llevando otra guerra contra el coronavirus. Silvio Katz, sobreviviente de aquel triste momento para la argentina, comentó como recuerda dentro de su hogar y de un modo distinto al de los ultimos 38 años.
“Es un año difícil, raro, porque uno esta acostumbrado a hacer las vigilias el 1 de abril y a tener reuniones el 2 de abril con otros veteranos, participar en actividades en Hebraica… no poder hacer nada es raro porque uno se siente distinto”, comentó Silvio en un aniversario que lo encuentra encerrado, quizas como en aquel combate, pero con grandes y claras diferencias que el se encarga de destacar: “Me preguntaban si era parecida la pandemia a la guerra de Malvinas y la verdad que no, porque ahora uno tiene la heladera llena, está en la casa con su familia”.
La comparación entre la guerra y la pandemia de Coronavirus, a Silvio Katz le causa sorpresa. Porque esto claramente no es una guerra, es “algo inédito”, momentos que hay que transitar y demostrar para que estamos -manifiesta y agrega- “De esto se puede salir siendo mejores humanos, de la guerra no porque te saca lo peor del ser humano. Esto es un combate contra un virus pero lejos está de ser una guerra”.
La pandemia también saco lo mejor de muchos. La solidaridad entre la gente achicando incluso la grieta política. En la guerra nunca se depende tanto de uno como en la pandemia -explica Silvio-. “En un intento de salvarse, una persona te puede matar a vos. Acá es lo contrario, es cuidarnos, quedarnos en casa, defender y contar con el otro y que el otro cuente con vos. Es solidaridad, no guerra”.
Silvio Katz se siente que ha podido salir adelante gracias al apoyo de su familia, el ver gente solidaria y actos como tuvieron muchos seres humanos con los ex combatientes, lo que lo ha hecho cambiar el foco pero la guerra es cruda y como bien menciona, “te saca lo peor porque te enseña a vivir deseándole la muerte a otro”. En su caso, siendo judío, lo sufrió doblemente, ya que durante la guerra, la solidaridad se termino cuando notaron cual era su religión y teniendo un “gobierno militar y nazi” -aclara Katz-, utilizaron métodos de tortura, transgredieron cualquier límite vinculado a los derechos humanos e incluso lo denigraron al punto de querer hacerme perder la dignidad.
A 38 años del hecho, Silvio se dedica a dar charlas y transmitir todo lo que puede lo que fue aquella batalla. Entre esas charlas, se deleita enseñándoles a los mas chicos acerca de derechos humanos y lo que se puede hacer después de una guerra. “Los chicos te hacen preguntas tan interesantes…”. La que mas recuerda es una que ocurrió el año pasado, donde un joven le preguntó si había extrañado a su mama. En ese momento, Silvio se sintió “nuevamente un ser humano” y no solo un ex combatiente.
Finalmente, Katz reclama lo que todos pedimos: Justicia. El dolor por la falta de ella duele tanto como aquella guerra y remarca una y otra vez que “un pueblo que no tiene memoria ni justicia no puede crecer”.
Fuente: Radio JAI