Con fraude y maniobras tramposas, ganó Nicolas Maduro en Venezuela

El dictador venezolano, Nicolas Maduro, no estaba dispuesto bajo ningun punto a dejar el poder, por lo que recurrió a diferentes maniobras fraudulentas que le aseguraran un “triunfo”.

Las actas electorales se sucedieron una tras otra, en cascada. Todas arrojaron un resultado similar, contundente y esperado: Edmundo González Urrutia arrasó en las urnas y debía ser ungido como el nuevo presidente de acuerdo a la voluntad venezolana. La ventaja era, en cada caso registrado, mayor a 30 puntos porcentuales e idéntica a lo que dictaban los boca de urna independientes. El delfín de María Corina Machado supo encarnar la esperanza popular luego de una letanía de 25 años de chavismo que convirtió a una de las naciones más ricas de América Latina en una sombra de lo que alguna vez fue.

Pero la dictadura personificada en Nicolás Maduro, Diosdado Cabello, los hermanos Jorge y Delcy Rodríguez, Tarek William Saab y Vladimir Padrino López tenía otros planes para la vida política venezolana y de la región. El régimen fundado por Hugo Chávez ejecutó el mayor fraude de la historia democrática de América Latina.

El operativo comenzó temprano, cuando apócrifas encuestas a boca de urna auguraban una inverosímil y holgada victoria del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV). Hasta el ex presidente ecuatoriano Rafael Correa y el ex mandatario boliviano Evo Morales se prestaron a la treta y la difundieron felices, victoriosos. En ella se decía que Maduro se imponía ampliamente sobre González. La mentira se descubrió a los minutos: se trataba de un sondeo hecho por una empresa fantasma. Ninguno se disculpó: quizás empleen artes similares.

Pero el megafraude de Maduro comenzó a palparse cuando impidieron a Maria Corina Machado ser parte de los comicios, borrandola asi del mapa politico. Con Machado fuera del juego, el que tomó su lugar fué Edmundo González Urrutia, candidato en el que pusieron su esperanza millones de venezolanos.

Al chavismo le preocupaba mucho el voto en el extranjero. Claramente, los venezolanos que debieron dejar a sus familias, y algunos de ellos, participaron en alguna marcha contra el gobierno y luego tuvieron causas penales por “crimen de odio”, era voto cantado, que no iban a votar por Maduro, quien se ocupó de intimidar y amenazar, a las familias de los venezolanos en el extranjero, que aun residen en Venezuela.

Fue entonces cuando dictaron reglas ridiculas para un sistema democratico: la CNE impidió el voto en el extranjero para todos los que no tuvieran su pasaporte vigente. Cabe aclarar, que mantenerlo vigente tenia un costo altisimo, y esta decisión del pasaporte se anunció con muy poco tiempo de antelación.

Asi tambien hubo denuncias de personas que residen hace varios años en el extranjero y sin embargo figuraban en el padron de la CNE como que residian en Venezuela.

De esa forma, los mas de 7 millones de Venezolanos en el mundo, no pudieron ejercer su derecho al voto. Se estima que de los mas de 200.000 venezolanos residentes en Argentina, solo estuvieron habilitados para votar 2638 personas.

Maduro sabía que su destino -de haberse sometido al mandato popular- hubiera sido la cárcel, la extradición o el exilio. Quizás hubiera elegido una pronta expatriación en Cuba, cuyo régimen castrista asesoró y co-condujo los destinos de Venezuela desde el inicio de la era Chávez. Pero eligió el fraude para sostenerse en el poder y no tener que salir de su país, algo ya de por sí infrecuente en su agenda. Es que el riesgo de una prisión sería muy probable bajo otro gobierno que limpiara la escandalosa y cómplice estructura judicial venezolana.

 

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