Son las 12 del mediodía en El Palomar, partido de Morón, al Oeste del llamado Gran Buenos Aires. Llego a la sucursal 5021 del Banco Provincia, ubicada justo en frente a la estacion, y a pasitos del Aeropuerto El Palomar (todavia cerrado, sin fecha de apertura).
Al llegar, una larga fila reniega de que son pocos los cajeros que tienen dinero, motivo por el cual, de las 6 terminales disponibles que tiene el banco, solo 2 dan dinero en ese momento. Cerca de la entrada principal del banco, un señor habla con el guardia de seguridad privada que trabaja en el ingreso del banco, explicando las razones por las cuales se acercó, y se resigna y se va sin solucion a su problema, sin bufar, como entregado. Detras suyo, una señora con turno asignado, se dirige a ser atendida.
Llega mi turno. Por razones que desconocemos, no aparecemos en la lista de ingreso al banco (el guardia de seguridad, con anotador en mano cual boliche de Palermo, revisa sigilosamente el nombre y DNI de todo aquel que pretenda ingresar a ser atendido): “A ver muchacho, prestame la constancia”. Le muestro el papel que me emitió el banco al solicitar el turno, y me permite pasar. En los boxes de atencion a particulares, solo una empleada atendiendo, mientras los 2 boxes de al lado, estaban vacios.
Joven, de unos 30 y algo de años, pelo rubio, y delgada. Solo estaba yo sentado para ser atendido.
“Pasá por favor”, me indica. Me acerco, tomo asiendo, y le explico mi inconveniente.
“Te voy a pedir que guardes el celular, no se puede usar aca adentro”, me ordena. No lo estaba usando, solo lo tenia en la mano mientras le explicaba mi problema. Me vuelve a insistir, entonces lo guardo en mi bolsillo. Ya empezamos con un pie izquierdo.
Le planteo el inconveniente que tengo, y ya con el celular en bolsillo me permite explicarle. Me comenta que no hay vuelta atras del llamado “Token” (mi pesadilla y motivo por el cual me dirigí al banco), entonces le planteo de que, si no tengo otra alternativa que usarlo, que entonces me generen una clave, ya que el home banking me pide una clave de 8 digitos o mas que nunca generé ya que jamás tuve Token ni lo pedí. Me dice que vaya al cajero a dar de alta ese servicio. Lo hago, y el problema persiste. Me seguia pidiendo una clave larga, que no era de 6 digitos como me decia. Entonces vuelvo a dirigirme, nuevamente me enfrento al filtro de seguridad compuesto por la mujer policia y el empleado de seguridad privada, y les explico que vuelvo a consultarle a la chica, dado que no pude resolverlo.
Le planteo el inconveniente, y anota un 0810 en un papel, y me lo da. Entonces decido llamar a ese telefono ahi mismo (no queria dejar el banco, queria de alguna forma que ellos intercedan entre el operador del call center y yo, como una vez en un banco Santander, que el empleado del banco tuvo la gentileza de hablar tambien via celular con el call center), Pero no “No puede usar el celular aca adentro, le voy a pedir que lo guarde”.
Le planteo, que del banco no me iria sin una solucion. Me pide que no le levante la voz, ya que sino dejaria de atenderme. “Yo a ud. no le estoy levantando la voz, y ya de por si, atender no me esta atendiendo, ni solucionando nada. De aca no me voy sin una solucion”, le planteo. A mi lado, se acerca la mujer policia y el empleado de seguridad, los cuales me invitan a realizar la comunicacion afuera, aun con el riesgo de que un motochorro me arrebate el telefono, o pueda tener cualquier inconveniente.
Hago el llamado al numero 0810 en cuestion, me atiende un operador muy gentil, para mi suerte. Me indica los pasos a seguir, los cuales sigo al pie de la letra, luego de un rato de hacer fila, en busca de una terminal de cajero automatico que me permita hacer dicha gestion.
Mas de una hora, de estrés, de no ver bien y tener que forzar la vista, con mi telefono, bajo el sol del pleno mediodia, en la puerta del banco. Lo que a mi me hizo demorar mas de una hora, con el estrés que eso implica, se pudo haber resuelto en cuestion de minutos, si la empleada en cuestión hubiese sido un poquito menos arrogante, y hubiera sido mas brindada.
Si yo, a mis 33 años, tengo una dificultad, y pese a estar informatizado, y a tener libre acceso a llamar libre desde mi celular, y tener datos, y demas, se me presentan este tipo de problemas.. ¿que le queda a una persona que es analfabeta informatica? ¿que le queda a quien tiene el celular prepago o a tarjeta y no puede llamar gratis a ningun telefono que no sea de la misma empresa que tiene (Claro, Personal o Movistar) por no poseer minutos libres, como los que yo tengo la suerte de poseer, por pagar un buen abono? ¿Que le queda al jubilado o pensionado que vive lejos, y se vino vaya a saber de donde, y no tiene hijos ni nietos que lo puedan ayudar? ¿Que le queda a todos los que estan indefensos, y a la buena de dios, frente a un banco con personal arrogante, mal predispuesto, que no tiene intencion de solucionar los problemas de la gente?
Lo mas lamentable, es que los sueldos de esos empleados los pagamos todos los bonaerenses. Si, todos y todas.
Antes de irme, escucho “Ahora por forro vas a ver como lo cago, jejeje”, le decia un emmpleado a otro, de los que atienden en los boxes de atras. No quisiera estar en el lugar del cliente al que, vaya a saber porque, no les gustó su cara y por eso no le van a solucionar el problema o realizar la gestión que pidió.
Seria bueno que, se tomen decisiones desde arriba, ya sea de los diferentes gobiernos (Nacional, Provincial, y de la Ciduad), para que los problemas de los usuarios y consumidores sean resueltos de la mejor manera y con buena intencion, porque, en definitiva, atender bien a la gente, no contagia de Covid-19.
Que el virus no sea una excusa, para lavarse las manos y no cumplir con el trabajo.
Y que de una vez por todas, el secretario general de La Bancaria, interceda para que no sea requerido sacar turno para ser atendido en un banco. Porque al fin y al cabo es un servicio esencial. Todos tienen una razon prioritaria para necesitar una solucion, ya sean boletas que pagar, deudas, gastos de comida, vivienda, ayuda a un familiar, etc, y no tiene logica que un local de ropa deportiva o una pancheria esten repletos de gente, como si nada pasara, pero que quien necesita de un banco, no pueda tener garantizado su derecho a una respuesta.
EL DIRECTOR