EDITORIAL – Luego de mas de 8 meses de la crisis desatada por la pandemia del Covid-19, al Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, conducido por Horacio Rodriguez Larreta, parece importarle otras cosas.
No está en agenda la suspensión del pago de II.BB. o el ABL, ni la disminución de los peajes en autopistas que dependen de la Ciudad (que en algunos casos, en hora pico, cada peaje supera los $140 pesos). No, ninguna medida destinada a aliviar la fuerte mochila que estan cargando a sus espaldas los porteños, quienes directa o indirectamente se ven afectados por la gran crisis economica producto de las medidas sanitarias que debieron adoptarse para evitar la propagación del Covid-19.
La prioridad del GCBA, es, destinar los recursos para difundir y fomentar la culura LGBT (Lesbianas, Gays, Bisexuales y Transexuales).
Y esta vez, no se conformaron con pintar aceras y espacios publicos con el tipico arcoiris, sino que, incluso, hasta se ha invertido en cambiar los carteles de muchos semaforos, en donde se pueden apreciar 2 hombres tomados de la mano (en el cartel rojo de no pasar), y a 2 mujeres de la mano (en el de pase)
Poner tanto enfasis y fomento a la diversidad, es, de alguna manera, sobreactuar algo, que es natural, porque en definitiva, la comunidad LGBT no necesita que el GCBA le dedique una semana al orgullo gay. Cada gay esta orgulloso de serlo, y vive su vida en libertad. Y la libertad, valga la redundancia, termina donde empieza la libertad del otro.
¿Que pasaria si viniera un gobierno de otra ideologia, e hiciera el “dia del orgullo heterosexual” y la familia? De alguna manera podrian sentirse heridos ciertos sectores que no comparten eso.
En tanto, a mi entender, las elecciones sexuales, no necesitan dia ni semana del orgullo: son elecciones personales, y ya que vivimos en un país democrático, cada cual es libre de elegir la sexualidad que quiera. No somos Irán (dicho sea de paso, país que adoran los izquierdistas), donde alguien que es acusado de gay es dilapidado o irado de un precipicio.
La comunidad gay cuenta hoy, con todos los derechos y garantias necesarias para poder vivir y desarrollarse en paz. Por tal motivo, insisto, el GCBA no necesita destinar recursos de los porteños en fogonear tanto esa cuestion. Ya que, con el mismo criterio, alquien que profesa otros valores y forma de vida se puede sentir dañado o discriminado por eso. Por ejemplo, un catolico, un judio o un musulmán, que tienen otros principios y otras creencias, se pueden sentir afectados porque se eduque a sus hijos de forma contraria a su cultura milenaria.
Por otra parte, no hay que olvidarse, los hechos lamentables que sucedieron en ediciones anteriores de la marcha del orgullo gay, y tambien, en marchas feministas: familias con chicos que estaban sentados en un local de comidas rapidas del microcentro porteño, fueron agredidos, y mujeres mostraron sus pechos delante de criaturas, al tiempo que propinaban insultos para todo aquel que se atreviera a pedirles que paren.