El panadero que el sábado último mató a tiros a uno de los cuatro delincuentes que lo asaltaron en el partido bonaerense de La Matanza aseguró este lunes que está “arrepentido” y que no es un “asesino” sino “un laburante”, mientras que la autopsia al cadáver del fallecido reveló que presenta nueve orificios de bala, algunos de ellos de salida, informaron fuentes judiciales.
En tanto, el único detenido por el intento de robo y tiroteo se negó esta tarde a declarar ante el fiscal de la causa, tras lo cual, seguirá alojado en un instituto de menores.
“No se puede explicar nada, ni emoción, nada, no me acuerdo. A mis hijos no los quiero sacar ni a la vereda. Estoy arrepentido de lo que hice, no soy un asesino, yo soy un laburante, no salí a matar, salí a guardar la camioneta. Yo agarré el arma y después la tiré, era mi vida o la de él, yo no soy Dios para decidir”, dijo esta mañana a la prensa el panadero Gerardo Caivano (36).
Poco antes, su mujer, Vanesa, había denunciado ante los mismos medios que reciben amenazas por Facebook y tienen “mucho miedo”.
“Que van a venir a reventar la casa del panadero, que me van a prender fuego la casa, que vamos a linchar a tu marido, esas cosas salen por Facebook”, contó la esposa del comerciante.
Consultado sobre el hecho, Caivano recordó que él lavaba la camioneta de su padre junto a su hijo cuando se acercaron cuatro delincuentes armados, apoyados por un quinto que estaba en un auto.
“Yo salí con las manos en alto, lo único que pedí fue que baje mi hijo y no sé cómo forcejeé, no sé de dónde saqué coraje. Tengo miedo, estoy laburando encerrado, anoche no pude dormir, tengo que estar sentado en una silla durmiendo en la panadería, mi hijo está mal, mi hija mayor me ve y llora, lloramos todos, es una situación de mierda”, señaló.
Sobre el momento en el que baleó a uno de los delincuentes, el panadero expresó: “No tuve intención de matarlo, ni de tirar, es una situación difícil de explicar. El arma que estaba arriba de la camioneta no era mía, yo no tengo armas, no manejo armas, es de los chorros, no mía.”
Tras reiterar que es “un laburante” y padre de “tres hijos”, Caivano contó que maneja la panadería de su padre, que hace más de 45 años que funciona en la zona.
“Yo me crié acá, mi papá me crió acá y por qué tengo que estar así ahora”, se lamentó el panadero.
Por su parte, Vanesa dijo que este no fue el único hecho de inseguridad que vivieron ya que el 6 de febrero último ladrones ingresaron al domicilio y mataron a sus dos perros: “Entraron al patio, me forzaron una rejas y no llegaron a entrar a la casa, sino nos mataban a todos.”
Además, contó que el viernes pasado escucharon “cuatro disparos” en la zona y que los robos en el barrio suceden de manera contínua: “No hay horario, a toda hora te roban.”
Finalmente, la mujer pidió “protección” para su familia y para los empleados que trabajan en la panadería, quienes “por miedo” no acudieron a abrir el local.