El bloque del Frente de Izquierda de los Trabajadores (FIT) presentó un pedido formal en la Legislatura porteña para interpelar al presidente de Subterráneos de Buenos Aires (SBASE), Javier Ignacio Ibañez, y al secretario de Transporte de la Ciudad, Jorge Horacio Kogan. El objetivo es que rindan cuentas sobre la contaminación por asbesto en el subte, que recientemente provocó la muerte de un trabajador y ha afectado la salud de cientos de empleados.
La iniciativa se dio en el contexto del paro anunciado por la Asociación Gremial de Trabajadores del Subte y Premetro (AGTSyP), previsto para este miércoles con interrupciones diferenciadas en todas las líneas. La medida surge tras el fallecimiento de Jorge Navarro, empleado del taller de Constitución, quien murió de cáncer de pulmón causado por la exposición al asbesto.
Cifras alarmantes
Según Martín Paredes, trabajador de la línea B diagnosticado con neumoconiosis, ya son cuatro las muertes de empleados del subte desde 2020 atribuidas a la exposición al asbesto. Además, hay cinco casos confirmados de cáncer y 107 trabajadores más afectados. La situación también pone en vigilancia médica a 2.179 empleados por posibles daños relacionados con este material, altamente cancerígeno.
Reclamos y exigencias
El FIT exige que Ibañez y Kogan informen sobre:
- El estado del plan de desasbestización de las formaciones.
- El seguimiento médico y medidas de apoyo para los trabajadores afectados.
- Condiciones de mantenimiento e higiene en el subte, agravadas por recientes denuncias de infestación de sarna en la línea B.
En los fundamentos del pedido, se recordó que los empleados vienen reclamando desde 2018 la remoción total del asbesto de las unidades, tanto por los riesgos para el personal como para los usuarios. Si bien se han adoptado algunas medidas tras años de presión sindical, las acciones implementadas resultan insuficientes frente a la magnitud del problema.
Plagas y falta de higiene
A la grave situación del asbesto se suma una infestación de sarna (escabiosis) en la línea B, que afecta a trabajadores y usuarios del servicio. La AGTSyP denuncia que esta crisis es consecuencia de la falta de mantenimiento, limpieza y fumigación, producto de la reducción de personal en áreas clave.
“La manipulación del asbesto implica la inhalación de fibras invisibles de alto poder patogénico, lo que convierte al subte en un ambiente de trabajo de altísimo riesgo para la salud. A esto se suma la negligencia en tareas básicas de higiene, que expone tanto a trabajadores como a pasajeros a enfermedades infecciosas”, concluyeron desde el gremio.
La situación genera una creciente presión social y política sobre el Gobierno de la Ciudad, que deberá responder ante la Legislatura sobre los pasos a seguir para garantizar la seguridad en el subterráneo.