Se espera que a la brevedad los animales sean trasladados a lo que podría ser un centro natural en Córdoba.
Hacen pocos días trascendió la triste noticia sobre el estado de decenas de monos que permanecen encerrados hace largo tiempo en jaulas en el barrio de Saavedra. Aunque no trascendio con fuerza la situación de los animales, el Centro de Educación Médica e Investigaciones Clínicas (CEMIC) es el sitio donde todavía viven.
El hospital de Alta Complejidad CEMIC, ubicado en la calle Galván 4102, alberga en uno de sus subsuelos más de 70 monos, 66 de la especie Cebus Apella y 8 de la Macaca Fascicularis con los que se realizaba varios experimentos.
Un bioterio estaba instalado en el CEMIC, que es una unidad donde los animales son expuestos a experimentos y pruebas de control y que se encontraba funcionando desde 1983, con la colaboración de la Organización Mundial de la Salud como parte del Centro de Investigaciones en Reproducción Humana y Experimental (Cirhe).
En 2021 el centro había dejado de funcionar aunque los primates seguían viviendo allí hasta ahora, según explicó Teresa Manzur, encargada del lugar. Finalmente, las autoridades a cargo decidieron el cierre definitivo del bioterio.
También se declaró que los primates serán trasladados a un lugar acorde al medio natural que necesitan para desarrollarse y no permanecer en jaulas con luz artificial. Lo que se desconoce todavía es el espacio al que se los trasladará y cuándo lo harán efectivo.
Alejandra Juárez, directora de Proyecto Carayá, un proyecto en La Cumbre (Córdoba), propuso formalmente el traslado para quienes pudieran hasta la ciudad cordobesa, en parte porque tiene experiencia en recibir ejemplares que vivieron en laboratorios.
Entre algunas declaraciones en brindó al medio La Nación, explicó que “nos avisaron que un laboratorio biomédico había dejado de usar los monos para hacer experimentaciones y que los sacrificarían a todos. Logramos que nos dieran dos días para ir a buscarlos. Llegamos y vimos una especie de colectivo con todos los monos y sus bebés. Era tremendo. Nunca habían visto la luz del sol, ni estado en contacto con la tierra. Necesitaban adaptación. Muchos venían con la lengua permanentemente afuera pues se les daba agua en cuencos, como a los conejos. Algunos tenían secuelas, como una monita ciega que hoy vive aquí”, recuerda Juárez.
Hasta el momento, los 74 monos esperan en un subsuelo con luz artificial la decisión de poder ser trasladados. Proyecto Carayá es un centro especializado desde hace más de 30 años en la recepción de primates provenientes del mascotismo, del tráfico de fauna o de centros de investigación.