A comienzos de octubre, el Gobierno presentó un “Plan Nacional de Seguridad para la Reducción de Femicidios” y especialistas en violencia contra las mujeres salieron a criticarlo. Uno de los pilares de esas críticas fue que el plan hacía un recorte desde una perspectiva criminal y de seguridad para un problema multidimensional. Por ejemplo, proponía más protección policial aún cuando la enorme mayoría de los femicidios son cometidos por parejas o ex parejas dentro de las casas de las víctimas: no en la calle, a la vista de la policía.
Esta tarde, el ministerio de Seguridad de la Nación presentó el “Segundo Informe de Estadísticas Oficial de Femicidios y Femicidios Vinculados”, elaborado en conjunto con la Defensoría del Pueblo de la Nación, y las críticas volvieron a oírse. En este caso, no sólo por el enfoque de “seguridad” sino también por la falta de unificación de las estadísticas oficiales.
Según el informe del ministerio que dirige Patricia Bullrich, en 2018 hubo 275 víctimas de femicidio. Comparado con el relevamiento publicado por primera vez el año pasado por el mismo ministerio de Seguridad, bajaron: en 2017 registraron 313 femicidios. La reducción es de un 12% cuando comparan con sus propias estadísticas. Sin embargo, si se lo comparara con las cifras del Registro Nacional de Femicidios de la justicia argentina (elaborado por la Corte Suprema y la Oficina de la Mujer), no podríamos hablar de una reducción sino de un aumento de 3 femicidios.
La información del relevamiento que se presentó hoy surge del cruce de datos del Observatorio sobre femicidios de la Defensoría del Pueblo (cuyas fuentes son medios de comunicación, comisarías, juzgados, fiscalías y hospitales) con los de homicidios dolosos de víctimas de sexo femenino del Sistema Nacional de Información Criminal (cuya fuente son los reportes de las policías provinciales y fuerzas federales de seguridad).
Uno de los problemas que plantearon las especialistas consultadas por Infobae es la falta de unificación de datos oficiales. “El Estado no ha construido una estadística homogénea que atraviese a los tres poderes en torno a la problemática de los femicidios, algo que venimos reclamando desde hace años. Llega tarde esta intención de establecer algún dato”, dijo Raquel Vivanco, directora del observatorio “Ahora si que nos ven”.
Es que, al no estar unificados los métodos, todas tienen sus problemas. Las de la Corte, porque sólo contemplan los delitos que fueron calificados con el agravante de violencia contra las mujeres, por lo cual puede haber una subrepresentación de casos. Las policiales, por el contrario, porque pueden sobrerepresentarlos al no distinguir con ojo experto las muertes violentas de mujeres en general de los femicidios.
“Se está trabajando en eso. Hace poco se firmó un convenio entre la Corte Suprema, el ministerio Público y el ministerio de Seguridad para unificar los criterios, que hoy no están unificados, con respecto a cómo se miden los femicidios”, explicó a Infobae la fiscal Mariela Labozzeta, a cargo de la Unidad Fiscal Especializada de Violencia contra las Mujeres (UFEM).
Las estadísticas no coinciden en la totalidad, tampoco en el desglose.
- Según las del ministerio de seguridad, de las 275 víctimas del año pasado, 241 fueron víctimas directas de femicidio.
- Para la Corte Suprema, las víctimas directas fueron 251.
- Para el ministerio de Seguridad, hubo 7 travesticidios/transfemicidios.
- Para la Corte Suprema, 4.
- Para el ministerio de Seguridad, hubo 27 “femicidios vinculados” (cuando un femicida mata a un hijo o hija de la mujer, a su pareja actual o algún familiar para provocarle un daño irreversible).
- Para la Corte Suprema, 23.
- En la Ciudad de Buenos Aires, el ministerio de seguridad relevó 3 femicidios, mientras que la UFEM (Unidad Fiscal Especializada de Violencia contra las Mujeres) y la Corte Suprema relevaron 9.
- En la provincia de Buenos Aires el ministerio de Seguridad contó 104 femicidios. La Corte Suprema 108.
Parecen sólo números pero cada dato que falta o sobra era una mujer, con su historia, su vida trunca, sus hijos huérfanos. O una travesti asesinada, confirmando su promedio de vida de 35 años. No es novedad que las estadísticas siguen siendo un problema. A lo largo de estos años hicieron las suyas organismos no estatales, como la Ong “La Casa del Encuentro” (se pusieron a contar para dimensionar el problema cuando nadie lo hacía), o el Observatorio “Ahora que sí nos ven” (ambos en base a los femicidios que se publican en los medios). También todos los organismos estatales mencionados antes. Como las metodologías son distintas, ninguna coincide con la otra.
Vivanco considera, además, que el mapa de femicidios no debería abordarse desde el ministerio de Seguridad. “Las políticas públicas no pueden estar pensadas desde una lógica de abordaje criminal, como si un femicidio fuera un delito más. No se pueden pensar los femicidios desde la seguridad porque son delitos que contienen como raíz una estructura basada en la desigualdad entre los géneros o en las relaciones asimétricas de poder, por eso es importante que las estadísticas y las políticas públicas estén enfocadas en la prevención y promoción de derechos”.
En base a los que publicaron medios gráficos y digitales, en el observatorio que dirige Vivanco también contaron los femicidios de 2018: 303, sumando los “femicidios íntimos” (víctimas directas) a los vinculados. Es decir, 28 femicidios de diferencia con la estadística del ministerio de Seguridad. Además, dijo a Infobae, no ven que estén bajando. Desde comienzos de 2019 hasta fines de septiembre contaron 250 (entre unos y otros). “De mantenerse este promedio cerraríamos el 2019 con una estadística mayor a la de los últimos 4 años”, agregó.
Natalia Gherardi, directora ejecutiva de ELA (Equipo Latinoamericano de Justicia y Género) también opinó: “No tiene sentido dilapidar recursos del Estado generando distintas estadísticas sobre el mismo tema en lugar de coordinar los esfuerzos para generar mejores políticas públicas de prevención, investigación y atención a la violencia contras las mujeres”. Y agregó: “El ministerio de Seguridad aporta un enfoque muy recortado porque la mayoría de los femicidios se dan en un contexto de pareja o ex parejas por lo que la prevención no tiene que ver con generar políticas de seguridad sino políticas integrales de fortalecimiento de las mujeres”.
De acuerdo con el informe presentado hoy, las provincias que redujeron los femicidios en 2018 fueron Santiago del Estero, Salta, Jujuy y Formosa. Este mismo informe muestra que el 75% de los femicidios no ocurrieron en la calle sino en casa. El 65% de las mujeres asesinadas tenía una relación de pareja con el femicida, el 20% una relación familiar. No es un monstruo escondido en un callejón: está en casa. Casi el 20% de los femicidas se suicidaron, otro 5% lo intentó pero no lo logró.