Golpes en la vía pública, una bandera argentina maltratada y un show que quedó por la mitad son los recuerdos que dejó su estadía en el país allá por 2013
Faltan apenas cuatro días para que llegue la primera de las dos fechas programadas para que el tour de Justin Bieber, Justice World Tour, desembarque en el Estadio Único de La Plata Diego Armando Maradona. Sin embargo, los fuertes rumores de que el cantante habría retornado a Los Ángeles tras su participación en Rock in Rio encendieron todas las alarmas y la incertidumbre sobre qué pasará con sus shows invadió a todos los fans.
Su gira, la primera tras la pandemia que realiza el ídolo pop, comenzó en mayo último y tiene planificado extenderse hasta 2023, llegando a 20 países y cinco continentes. Y si bien en junio sufrió una interrupción a causa de la enfermedad que Bieber está transitando, el síndrome de Ramsay Hunt (un virus que ataca los nervios de la oreja), el tour se reanudó y por estos días llegó a Latinoamérica, al menos a Río de Janeiro.
Tras presentarse el domingo pasado en Rock in Rio, el canadiense tenía planeado tocar mañana en Santiago de Chile, el fin de semana en Argentina y el miércoles 14 en San Pablo, Brasil. Sin embargo, su repentina partida tomó a todos por sorpresa y por un momento nos volvió a recordar al viejo Justin, ese que abandonaba conciertos por la mitad o se peleaba con fotógrafos para que no registren sus andanzas nocturnas.
Si bien desde la productora aún no confirman la cancelación de sus fechas en el Estadio Único, las especulaciones no paran de crecer a medida que pasan las horas. En cuanto a los motivos, muchos aseguran que tendrían que ver con el delicado estado de salud que el artista pop atraviesa luego de haber sufrido una parálisis facial.
“Volverá la normalidad. No sabemos cuánto tiempo tomará, pero todo estará bien. Y tengo esperanza, y confío en Dios, y confío en que todo esto es por una razón. No estoy seguro de qué es eso ahora. Pero mientras tanto, voy a descansar”, dijo el músico en su cuenta de Instagram el pasado junio para comunicar esta afección que estaba transitando que le impedía sonreír y pestañear con uno de sus ojos.
Su última visita en 2013: golpes y show finalizado imprevistamente
Cuando Justin Bieber anunció que su tour 2022 pasaría por Argentina, las entradas se agotaron en cuestión de horas. Es que hacía nueve años que el canadiense no pisaba suelo argentino. De hecho, su gira pasada – el Purpose World Tour-, que fue vista por casi tres millones de fans, pasó de largo y culminó en el festival británico Summer Time Hyde Park, en Londres.
Su última visita fue en 2013 y se llevó una larga serie de títulos en los diarios y en las revistas, y no precisamente por su talento sobre el escenario. En aquel momento, Bieber -que tenía planeado un show en Córdoba y dos en Buenos Aires- fue noticia por una seguidilla de actitudes que tiñó su estadía de polémica y escándalo. De hecho, el artista fue considerado “persona no grata” y demandado judicialmente, hecho que explica su ausencia en el país por tanto tiempo.
Mientras que en el primero de sus conciertos en el Estadio de River Plate el cantante fue duramente criticado por barrer el escenario con una bandera de Argentina (más tarde se dijo que era una camiseta), en el segundo Justin no pudo terminar con su repertorio debido a un malestar físico. Así fue como el concierto finalizó de manera prematura en el octavo tema ante una multitud que, desconcertada, protestaba desde las tribunas. Ante el gran revuelo, el anfitrión salió al escenario y explicó que tenía una fuerte intoxicación debido a algo que había comido y no podía continuar con el show, hecho que finalmente sus fanáticas supieron comprender.
De hecho, horas antes, el cantante había advertido a través de su cuenta de Twitter sobre su malestar. “No sintiéndome del todo bien. Bastante enfermo de hecho. Tratando de mejorar. Argentina, tenemos un show que hacer. Los amo”, escribió sobre su estado de salud.
Lo cierto es que 2013 y 2014 fueron años para el olvido en la vida de Bieber. El artista protagonizó todo tipo de escándalos por agresiones en la vía pública, por conducir en estado de ebriedad y bajo la influencia de estupefacientes y por no cumplir con su agenda laboral. En varias ocasiones, el músico debió cumplir con condenas que fueron desde embargos económicos hasta terapias sobre el control de la ira y el manejo de las emociones y días de servicio comunitario.
Pasaron nueve años de esos hechos y el Justin de aquella época parece haber quedado atrás. Al menos eso se creía antes de que se tome un avión rumbo a Los Ángeles, escapándose de los compromisos que tiene por delante en el cono sur.