A los constantes reclamos de los trabajadores por la presencia de asbesto, se le suma una denuncia que afirma que solo cinco de las 14 formaciones CAF 6000 adquiridas por el macrismo están en servicio en la actualidad.
El trabajo del PRO en torno a las líneas de subterráneos en la Ciudad de Buenos Aires acumula críticas que atraviesan la gestión de Horacio Rodríguez Larreta y la de su antecesor, Mauricio Macri.
La Línea B es el ícono de la falta de inversión y el descuido. En paralelo con los reclamos y las constantes medidas de fuerza de los trabajadores por la presencia de asbesto, ahora se sumó una denuncia que afirma que solo cinco de las 14 formaciones CAF 6000, adquiridas hace casi diez años por el macrismo, están en servicio en la actualidad.
Es válido mencionar que los trenes fueron fabricados con anterioridad a la prohibición del asbesto en España (2001), lo cierto es que su venta al Subte argentino se concretó en 2013, cuando ese material ya se encontraba prohibido.
Las formaciones mencionadas son de segunda mano, adquiridas a Madrid y cuentan con una antigüedad que rodea los 25 años. Por el momento, según informaron a ‘En el subte’ por parte de Subterráneos de Buenos Aires (SBASE), sólo están funcionando las formaciones A1, H1, I1, K1 y N1, lo que significa que, de los 86 coches comprados, sólo 30 están funcionando actualmente.
Al mismo tiempo, desde SBASE agregaron que se han completado los trabajos de desasbestización de cinco trenes, con una sexta formación actualmente en proceso.
Las formaciones que no están funcionando en el presente se encuentran detenidas por averías, a la espera de reparaciones y revisiones varias, a la espera de repuestos o de pasar por el torno.
Cabe destacar que la situación de los repuestos para las máquinas en cuestión es de una complicación atípica porque, si bien se adquirieron piezas de recambio en conjunto con las formaciones, la cantidad es insuficiente, principalmente en las piezas de mayor desgaste.
La problemática que atraviesan en el presente invitó a replantear su compra en el pasado. Años atrás la gestión del PRO justificó la inversión argumentando que adquirir formaciones usadas significaba un menor costo. No obstante, la cantidad de adaptaciones que debieron hacerse en la infraestructura para que pudieran funcionar y la actualidad esquiva de los trenes, echan por tierra la justificación.
El Gobierno porteño incluyó en el presupuesto 2023 una licitación para comprar nuevas formaciones para la Línea B, asimismo se trata de trenes que reemplazarán los veteranos Mitsubishi, que son los más viejos de la red actualmente en operación.